La luxación, inestabilidad del hombro o lesión de Bankart son términos que se utilizan para describir alteraciones en la articulación glenohumeral, donde la cabeza del húmero se desplaza hacia adelante, abajo o atrás en relación con la cavidad glenoidea. Esto suele ser el resultado de lesiones en la cápsula, los ligamentos o el labrum (la lesión de Bankart es la más común), lo que puede llevar a episodios de inestabilidad o luxaciones recurrentes.
La principal estructura que evita las luxaciones es el labrum, un cartílago que rodea el hombro. Después del primer episodio de luxación, este tejido puede dañarse, lo que impide su función adecuada y facilita la repetición de luxaciones.
La causa principal de la lesión de Bankart es la luxación del hombro. Aunque no todas las luxaciones provocan esta lesión, se estima que al menos el 80% de los pacientes con luxación desarrollan la lesión de Bankart.
El paciente suele tener un historial de trauma significativo. Aquellos con luxaciones recurrentes pueden sentir una subluxación o un desplazamiento parcial de la cabeza del húmero respecto a la glenoides, lo que a menudo sucede con movimientos de elevación y rotación externa. Estos pacientes tienden a evitar tales movimientos, y las luxaciones pueden ocurrir durante actividades cotidianas como vestirse, nadar, estornudar o incluso mientras duermen, lo que indica la gravedad de la inestabilidad. A veces, el paciente puede incluso ser capaz de provocar la luxación de nuevo.
Para decidir el tratamiento adecuado y el pronóstico, es importante considerar la edad del paciente en el momento del primer episodio. Los pacientes menores de 20 años tienen una mayor probabilidad de sufrir luxaciones recurrentes, por lo que se debe advertirles sobre el riesgo de recidiva si se someten a cirugía.
Además, se debe tener en cuenta la duración de los síntomas, la cantidad de episodios en el último año y la presentación de subluxaciones o luxaciones. Si la luxación ocurre al estornudar o al dormir, se debe sospechar de una laxitud capsular severa.
Todos los pacientes deben seguir un programa de terapia física preoperatoria para preparar la musculatura, lo que puede ayudar a lograr mejores resultados y tiempos de recuperación más cortos en cuanto a la movilidad y función del hombro.
El tratamiento más común en la actualidad es la reconstrucción artroscópica, que permite identificar con precisión las lesiones y elegir el tipo de reparación capsulolabral adecuada, utilizando suturas o anclajes que facilitan la plicatura capsular sin comprometer mucho la movilidad. Este enfoque permite iniciar la terapia física de manera temprana y facilita una rápida restauración del arco de movilidad articular.
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